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La guerra comercial: Efectos a largo plazo

La guerra comercial: Efectos a largo plazo

26/11/2025
Robert Ruan
La guerra comercial: Efectos a largo plazo

En un mundo cada vez más interconectado, la imposición de barreras arancelarias revoluciona las bases del comercio internacional y redefine el poder económico de las naciones. Este análisis profundiza en las repercusiones macroeconómicas y sectoriales, así como en los riesgos y caminos a seguir.

Origen y contexto general

La escalada de la guerra comercial global se entiende como la imposición sucesiva de aranceles y restricciones entre potencias económicas, impulsada por las políticas más agresivas de Estados Unidos en 2024 y 2025. En abril de 2025, Washington estableció un arancel mínimo del 10% a todas las importaciones, con medidas recíprocas que penalizan los déficits bilaterales más elevados.

Así, China soporta gravámenes del 54%, la Unión Europea un 20%, Japón un 24%, Corea del Sur un 25% y Vietnam un 46%. Estos porcentajes no solo elevan los costes de importación, sino que obligan a los países afectados a replantear sus estrategias comerciales y alianzas tradicionales.

Repercusiones macroeconómicas internacionales

Tras el aumento de las tensiones arancelarias, el Fondo Monetario Internacional ajustó a la baja sus previsiones de crecimiento global para 2025, pasando del 3,3% al 2,8%. La desaceleración se mantendría en 2026, con un crecimiento estimado del 3%.

Las principales economías reflejan este clima de cautela:

Además, el 54% de los expertos anticipa una caída de hasta dos décimas en el crecimiento global, mientras que el 77,5% prevé un aumento de la inflación global debido al encarecimiento de materias primas esenciales.

Efectos estructurales a largo plazo

La guerra comercial tiene implicaciones que trascienden el corto plazo. La acumulación de aranceles sobre insumos básicos obliga a las empresas a buscar nuevas fuentes y tecnologías, desencadenando una reconfiguración del comercio global.

Al mismo tiempo, se observa el surgimiento de nuevas rutas, como las vías árticas o la Nueva Ruta de la Seda, que diversifican riesgos y plantean desafíos logísticos y medioambientales inéditos.

El efecto dominó impacta la confianza empresarial, retrasa inversiones y dificulta el cierre de nuevos acuerdos multilaterales. La fragmentación del mercado global favorece la creación de alianzas económicas alternativas, debilitando el tradicional eje EE.UU.-China-UE.

Impacto sectorial y social

Algunos sectores resultan más vulnerables que otros. En Europa y España, la automoción, el agroalimentario y el comercio exterior sufren por igual:

  • Automoción: aumento en costes de componentes y desvío de cadenas de suministro.
  • Agroalimentario: barreras arancelarias que reducen el acceso a mercados clave.
  • Exportación e importación: incremento de plazos y de gastos logísticos.

En Estados Unidos, el sector agrario ha visto restricciones en el acceso al mercado chino, lo que ha supuesto una pérdida significativa de exportaciones. La industria tecnológica, por su parte, enfrenta una grave falta de competitividad tecnológica al elevarse el precio de componentes críticos.

En el ámbito social, las clases medias y los trabajadores de sectores manufactureros sufren en primera línea. Con la inflación al alza, disminuye el poder adquisitivo y aumenta la incertidumbre laboral.

Cadenas de suministro y relocalización

El 81% de los especialistas prevé un impacto permanente en las cadenas de suministro. La tendencia gira hacia la instalación de plantas más cerca del cliente final, buscando minimizar el riesgo de aranceles sorpresa.

Paralelamente, China ha limitado la exportación de tierras raras, fundamentales para los semiconductores y la industria militar, lo que refuerza la urgencia de diversificar orígenes y materiales.

Riesgos sistémicos y advertencias

Si los aranceles elevados persisten, surge un persistente riesgo de estanflación global, combinando bajo crecimiento con alta inflación. Asimismo, la inestabilidad financiera y la desconfianza de los inversores podrían agudizarse, incrementando el endeudamiento público para sostener servicios básicos y gasto en defensa.

Dentro de la Unión Europea, solo el 14% de los expertos confía en que los veintisiete mantendrán un frente común estable. La divergencia interna amenaza con erosionar las políticas comerciales y fiscales coordinadas.

Recomendaciones y escenarios futuros

Ante este panorama, el FMI y organismos internacionales demandan claridad y estabilidad en política comercial. La coordinación multilateral se erige como clave para evitar una espiral proteccionista de consecuencias irreversibles.

Para las empresas, resulta esencial:

  • Monitorizar de forma continua los cambios arancelarios y regulatorios.
  • Diversificar proveedores y mercados de destino.
  • Invertir en innovación para reducir dependencia de insumos externos.

Las políticas públicas deben equilibrar la defensa de la industria nacional con la apertura responsable al comercio internacional, promoviendo acuerdos que consideren criterios ambientales y sociales.

Solo mediante un enfoque colaborativo y flexible será posible afrontar los efectos a largo plazo de esta contienda comercial y construir un sistema más resiliente y justo para todos los actores implicados.

Robert Ruan

Sobre el Autor: Robert Ruan

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