La inversión en energías limpias ha alcanzado niveles sin precedentes, marcando un récord histórico en inversión renovable y abriendo un nuevo capítulo para el desarrollo sostenible.
En el primer semestre de 2025, la inversión global en renovables escaló hasta 386.000 millones de dólares, impulsada por la solar distribuida y la eólica marina. A lo largo de 2024, el total invertido en la transición energética global sumó 2,4 billones de dólares, un 20% más que en 2023.
Del total, 807.000 millones se destinaron exclusivamente a tecnologías renovables, lo que representa casi un tercio de la inversión energética mundial.
La energía solar fotovoltaica se erige como el motor principal, concentrando entre el 69% y el 75% de la nueva capacidad instalada y atrayendo hasta 554.000 millones de dólares en 2025. Sus costes de instalación cayeron un 21% interanual, alcanzando mínimos históricos.
La eólica, tanto marina como terrestre, acompaña a la solar en el liderazgo. China acapara el 44% del incremento mundial en eólica, reforzando su posición predominante.
Además, las inversiones en almacenamiento, hidrógeno verde y redes inteligentes ganan tracción, sentando las bases para una red más estable y eficiente.
La expansión de las renovables en 2024 y 2025 ha cubierto el 100% del crecimiento de la demanda eléctrica global, un hito sin precedentes que ha desplazado al carbón como principal fuente de nuevo suministro.
China lidera el mapa mundial, aportando un tercio de la inversión global y duplicando en renovables a la Unión Europea. EE. UU. ha duplicado su apuesta en la última década, mientras Europa se esfuerza por reducir su dependencia de combustibles fósiles importados.
España destaca por su atractivo regulatorio, los acuerdos de compraventa de energía (PPAs) y el impulso al hidrógeno verde, consolidándose como un punto caliente para inversores.
El despegue de la inversión renovable responde a un mix de fuerzas económicas, políticas y tecnológicas.
Aunque el ritmo inversor bate récords, sigue siendo insuficiente para triplicar la capacidad instalada antes de 2030. Según IRENA, se necesitan 1,4 billones anuales en renovables entre 2025 y 2030, más del doble de lo invertido en 2024.
Existen disparidades: menos del 1% de la inversión llega a países de bajos ingresos. El sector privado domina el 75% de los flujos de capital, concentrados en economías de renta media y alta.
Las renovables se perfilan como la mayor oportunidad económica de nuestro tiempo. Con una participación del 41% en el mix eléctrico global en 1S 2025, el sector está en condiciones de lograr emisiones netas cero en el sistema eléctrico antes de 2040.
India, por ejemplo, alcanzará el 50% de capacidad renovable en su matriz cinco años antes de lo previsto, demostrando el dinamismo de mercados emergentes.
Estamos ante una encrucijada histórica: impulsar una energía limpia y accesible para todos, transformar economías y proteger el planeta.
Invertir en renovables no solo es una decisión financiera inteligente, sino un compromiso con las generaciones futuras. La próxima ola de inversión está en marcha. ¡Sumémonos todos al cambio y construyamos un futuro energético más justo y sostenible!
Referencias